Estacionar un coche con habilidad y precisión es un desafío para cualquier conductor. La novedad es que esta actividad puede tener los días contados. ¡Acompaña la noticia!
La prueba de fuego para cualquier candidato a obtener el permiso de conducir siempre ha sido estacionar el vehículo, la famosa maniobra. La maniobra es tan importante que forma parte del examen de conducir e incluso hay profesionales dedicados a esta actividad: el maniobrista o valet.
Encontrar una plaza de estacionamiento, estacionar el coche en la plaza y, lo peor de todo, recordar dónde lo dejó estacionado al salir. Por eso muchos establecimientos ya ofrecen servicio de maniobrista o valet.
Sin embargo, esta actividad puede estar a punto de extinguirse con el uso de la automatización.
En la capital de Inglaterra, el aeropuerto londinense Gatwick, el segundo más transitado del Reino Unido, ha probado y aprobado un nuevo equipo de maniobristas en una de sus zonas de estacionamiento, cuya operación la realizan íntegramente robots autónomos.
El servicio funciona como un sistema de maniobrista común, solo que sin la presencia de un humano. El conductor entra en una cabina especial, deja el coche, lo valida con su smartphone y se dirige al aeropuerto.
Dentro de la cabina, se escanea el vehículo para determinar sus medidas y el robot, bautizado como Stan, utiliza una plataforma para levantar el coche y llevarlo a una plaza de estacionamiento.
La principal ventaja del sistema es su agilidad y el ahorro de espacio. En los estacionamientos tradicionales, la ocupación total de las plazas depende de la destreza de los conductores, que a menudo ocupan más de una plaza, por no hablar de que debe haber espacio entre los vehículos para que el conductor pueda abrir las puertas de entrada y salida.
Este servicio comenzó a probarse en 2019 en el aeropuerto británico, y ya está en funcionamiento en éste y otros dos aeropuertos franceses, Charles de Gaulle y Lyon Saint Exupéry, en París, con la posibilidad de implantarlo próximamente en el aeropuerto de Düsseldorf, en Alemania.
Stan, el robot de la start-up francesa Stanley Robotics, funciona con electricidad y hace todo el trabajo en lugar de los conductores humanos, conduciendo, estacionando y entregando el coche cuando regresan los viajeros.
Seguramente Stan no habría tenido el mismo problema que ocurrió en el barrio Taquaral, en Campinas (SP), a principios de este año.
El maniobrista de una concesionaria de coches de lujo salió con un Ferrari 296 GTB y lo chocó contra el portón de una casa. El accidente fue grabado por las cámaras de seguridad y, según testigos, el conductor intentó adelantarse, pero perdió el control del vehículo, que se subió a la acera y chocó contra el portón de metal de la residencia.
El impacto arrancó la rueda delantera izquierda del Ferrari. El conductor no sufrió heridas graves, fue retirado del coche por vecinos de la zona y dejó el lugar a pie.
El modelo 296 GTB, uno de los modelos más caros de la marca italiana, estaba en la tienda para una revisión y tiene un valor estimado de 3,5 millones de reales. Suerte para el conductor que resultó ileso y mala suerte para él, el propietario y la concesionaria porque el coche de alta gama no estaba asegurado.
¡Punto positivo para Stan!
¿Es impresión mía o Stan se está riendo?